Sería interesante que se estimulara la aparición de nuevos modelos matemáticos y estrategias de resolución de problemas. Estos pueden estar inspirados en la naturaleza, en procesos industriales, en la forma en que se hacen galletas artesanales, o en cómo se comporta un comprador en un centro comercial. La forma en que separamos piedras y sucios en los granos que cocinamos, o la forma en que los cepillos de cabello son mejores para determinado tipo de pelo, pueden ser elementos de inspiración también.
Lo importante es tener los ojos abiertos. Lo importante es que las revistas también abran sus ojos. Tratar de entender el lenguaje de un investigador cuya área base es distinta, puede proporcionar claves para solucionar problemas pendientes por resolver. Aislarnos del que habla con jerga distinta, porque me tendría que poner a estudiar, nos hace hablar solo con los que ya piensan el problema de igual forma que nosotros.
El especialista en redes neurales habla de "velocidad de aprendizaje", mientras el especialista en optimización no-lineal habla de "tamaño de paso", y ambas cosas son idénticas. Son dos chinos que no se entienden porque uno habla mandarín y el otro cantonés. Hasta que no escriben el asunto en forma simbólica, no se entienden.
Por ahora, lo que me sugiere mi cortísima experiencia, es que hay que tratar de escribir "a prueba de flojos" y "a prueba de confusiones".
Más importante aún, no dejar de caminar, no dejar de tomar 5 minutos para poder ver cómo sirve el café el del cafetín, ni como cae una hoja. Este estado "zen" es la materia prima para las ideas nuevas, y para las ideas nuevas para explicar mejor y más fácilmente las ideas que ya tuvimos.